viernes, 9 de diciembre de 2011

TULIO MENDOZA BELIO, POETA DE CONCEPCIÓN, GALARDONADO ESTE AÑO 2011 CON EL PREMIO CERES Y EL PREMIO DE ARTES BALDOMERO LILLO.


Tulio Mendoza Belio:
EL HOMBRE, EL POETA, EL VIVIDOR
por Hansel Silva Vásquez


Literato, Poeta, Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), Filial Concepción; propone “disfrutar la vida, y rendir culto al placer”.
Creador de Ediciones “Etcétera”, busca difundir la cultura en cada rincón del país; lo que le hace un ser extraño en medio de una sociedad tan vanalizada.
Es un hombre extraño Tulio Mendoza Belio; en medio de la grosera y avasallante forma de vivir de este siglo el nos habla de poesía y nos recuerda que la vida está hecha para disfrutarla al máximo como “si fuese el último día”.
Hay veces que se ha sentido solo y es que a sus cuarenta y nueve años, aún no se ha casado “ni piensa en hacerlo”; comenta con una tono medio en serio medio en broma. Siente y cree que sus amigos, sus pares son su familia, que si bien no es sanguínea es mucho más valiosa.
Ha dedicado su vida a la literatura, a la poesía. Desde su ciudad natal Rancagua emigró a Concepción atraído por el ambiente cultural de la época, por la posibilidad de hablar de arte, de música de pintura y se quedó para liderar un movimiento cultural como la Sociedad de Escritores filial Concepción o para impulsar su hija predilecta: la Editorial “Etcétera” que publica los trabajos de poetas jóvenes y emergentes y que hoy es complementada con DVS y casetes.
Se reconoce profundamente penquista, con esa neurosis propia del que vive en la gran ciudad, con esas manías y deseos de “querer cambiarlo todo”, con el derecho certero a discutirlo todo, a polemizar, a cuestionar; sobre todo a sus pares, “los otros escritores”.
Reconocido amigo de sus amigos, siempre con la mejor disposición y lleno de proyectos, de disposición hacia los jóvenes, con quién tanto le gusta conversar. Tulio Mendoza nos habla en su poesía de una forma de disfrutar de la vida, de hacerla una eterna fiesta, lo que él llama “sacralizar el erotismo”.
¿Qué es la poesía para Usted?
La poesía, tal como lo expresa el brillante poeta y ensayista mejicano Octavio Paz, es “la otra voz”
¿Cuándo y cómo sintió la vocación de poeta?

En el colegio, en la enseñanza media, en las clases de castellano con mis profesores, los hermanos maristas Juan Cebrián y Gregorio Pastor. Al leer los textos que ellos nos mostraban (Neruda, Gabriela Mistral, Oscar Castro, Unamuno, García Lorca, Antonio Machado, etc.), quise hacer algo similar, pero con mis propias ideas. En un comienzo fue una tarea que nos dieron: había que escribir un poema utilizando la métrica y la rima. Yo hice un texto perfecto desde el punto de vista de la técnica, pero no era un poema. No había plasmación de la palabra. Eso se aprende con el tiempo, con la lectura, con la experiencia, con la inteligencia y la emoción.
¿Le apoyó su familia?
Mi familia siempre me ha apoyado en mis afanes, pero del mismo modo que el poeta Fernando González-Urízar, yo he sido “aparte”, más bien he descubierto solo y creado mi propio mundo, mi visión de mundo, desde la poesía, desde el arte. De mi abuela y madre, la sensualidad del mundo turco (música, canciones, la cocina y todo ese exquisito refinamiento), el flamenco español; de mi padre, el tango (Roberto Goyeneche, el Polaco, que me gusta muchísimo, Edmundo Rivero, Aníbal Toquilo y, sobre todo, Astor Piazzolla). Lo demás es todo azar y circunstancia: la ópera, el violín, el cine, la pintura, el arte en general.
En su respuesta no menciona a su Padre.
¿Cómo era su relación con él?
Una relación contradictoria, somos de mundos muy distintos, diferentes generaciones. En la actualidad, con el tiempo y la vejez, se producen encuentros o reencuentros significativos. Mi padre ha sido muy conciente y un excelente padre.
A propósito de lo último. ¿Quiere formar familia, hijos?
No por el momento, no tengo planes al respecto. Es difícil para un poeta que está dedicado cien por ciento a su obra, fragmentar el tiempo para otros menesteres que hay que cumplir con la debida responsabilidad que eso requiere. Porque tener hijos por tenerlos, echar guaguas al mundo, es bien fácil, el problema viene después. Por otra parte eso de “formar familia”, puede significar muchas otras posibilidades. Por ejemplo, la familia artística, mis pares, mis amigos y amigas, ellos son “mi familia”, no la sanguínea, pero sí la afectiva que, casi siempre, es mucho más valiosa.

¿Se ha sentido solo, incomprendido?
El poeta es un ser que se instala en la otra orilla, en los márgenes de la sociedad, porque ésta no le cumple ni le satisface como realmente quisiera. Por eso es un constante cuestionador de las apariencias de este mundo. En este marco, y por definición, el ser humano viene solo al mundo y se va solo (claro que en un sentido denotativo, directo, porque connotativamente lleva toda la experiencia y lo que aprendió mientras vivió).
No es que uno se sienta incomprendido, sino que piensa que los otros, los demás, aquellos que viven una vida miserable, desde el punto de vista anímico, creativo, existencial, casi en la ignorancia, tienen la mala costumbre de irradiar, contagiar y querer transmitirnos su pobreza; entonces el artista se rebela y su arte se transforma en un contratexto, en una subversión, ante ese mundo.
¿Ha pensado en el suicidio o la muerte?
En el suicidio no, amo demasiado la vida como para querer dejarla; estoy por el placer, la celebración, el gozo y la fiesta, por el erotismo, por la sacralización del erotismo.
La muerte es algo distinto, no hay ser humano que no haya pensado en qué sucedería en ese estado de no existencia, de silenciosa oscuridad. Hay quienes piensan que somos seres para la muerte, ya que desde que nacemos comenzamos a “morir”. Como escribiera magistralmente un amigo poeta ya fallecido, Guillermo Trejo: “No sabemos vivir como inmortales/ en la muerte se esconde lo que somos.” Brillantes versos, breves, pero que encierran todo un tratado filosófico.
A mí me gusta eso de la resurrección de la carne, me fascina como motivo existencial y poético. Y como se trata de una cuestión de fe, creo plenamente en ello y me gusta pensar así.
El Poeta como un reflejo de la sociedad

¿Cuál es el rol de la poesía en la sociedad actual?
La poesía, que no está solamente en la escritura, sino que en un cuadro, en una sinfonía, en una escultura, en una película, en una flor, en un trozo de madera, en una mirada, en una actitud, representa y transmite “la otra voz”, ese discurso que está por sobre los otros discursos (políticos, religiosos, dogmáticos, filosóficos, periodísticos, etc.), y que nos muestra otra posibilidad de mundo, que abre puertas, que es vía de conocimiento no racional, pero también inteligente, de aprehender el mundo y la sociedad.

La poesía aspira siempre a la utopía, a lo mejor, aunque en el trayecto se nos vaya la vida y, casi siempre, andemos de la mano con el fracaso. La poesía ilumina, asombra, despierta, encanta, hace pensar, hila fino, se adentra por parajes donde nadie había osado entrar y nos comunica como dice Octavio Paz, “lo maravilloso cotidiano”.

¿Se puede “vivir” de la poesía?
Debo entender ese “vivir” desde el punto de vista económico, es decir, en la esfera del marketing y los negocios. Sin embargo, la poesía está por sobre estos asuntos, la poesía tiene que ver con algo que yo he llamado y cito en el prólogo de mi libro Concepción, a todo sur, es decir los espacios no tasables de la felicidad”.
Ya se ve, entonces, que al verdadero poeta no le interesa el comercio, el negocio, la venta. Si llega, en buena hora, pero si no el poeta seguirá escribiendo porque se ha contestado a la pregunta que formulara Rainer María Rilke: ¿se moriría si se le privara o dejara de escribir?
Como la respuesta es un gran sí, entonces en eso estamos y andamos los poetas; construyendo nuestras vidas de acuerdo a esa premisa.

¿Que sintió al ser incorporado a la Academia Chilena de la Lengua y luego la
Condecoración Medalla Santa Cruz de Triana?

Bueno, fue primero la medalla, luego lo de la academia. Una inmensa alegría porque deciden premiarte por tu trayectoria, por lo que has hecho, por ti y por los demás, eso significa tiempo, años. No es algo buscado, es decir, uno no escribe para andar ganando premios o esperando reconocimientos, eso no es la finalidad de mi escritura que, como te he explicado, anda por otros espacios. Son los pares los que te eligen y más encima te preguntan si aceptas o no.

¿Por qué creo la editorial Etcétera?

Ediciones Etcétera es una creación personal cuya idea surge en 1984. El nombre viene de mi Revista de Poesía "Etcétera". La idea era dar la posibilidad de publicar en ediciones artesanales, a bajo costo y con una diagramación digna, las obras de los escritores de la región que, como se sabe, no tenían otra forma de hacerlo. Fue una iniciativa casi marginal, como muchas otras en tiempos difí¬ciles. El interés por difundir las obras y publicarlas, me transformó en editor: yo diseño, diagramo, encuaderno, y a veces imprimo, cuando se trata de pequeñísimas tiradas, o mando a imprimir cuando el trabajo es mayor. Así¬, la necesidad, el ir resolviendo problemas, hace que el creador, el artista, el escritor en este caso, no ya sólo deba escribir, sino que, además, sea editor, difusor y gestor cultural, gremialista, vendedor de sus textos, asesor de talleres, etc.

¿Cuáles son sus planes para el futuro?
En este momento me encuentro terminando un ensayo literario sobre la vida y obra y antología temática del poeta Fernando González-Urízar, obra que obtuvo la Beca de Creación Literaria para Escritores Profesionales 2006 del Fondo Nacional del Libro y la Lectura; también publicaré mi nuevo poemario: ALACRÁN DE LA BELLEZA que lleva un estudio crítico de mi poesía realizado por el Dr. Edson Faúndez de la Universidad de Concepción y quien fuera mi alumno en el Taller Literario “Fernando González-Urízar”.
O en la serie Cuadernos del Unicornio de mis Ediciones Etcétera, aparecerá el texto “Diario de Alma Mahler” del poeta Ramón Riquelme; sigo dirigiendo mi taller, haciendo clases, siendo jurado de concursos a nivel regional y nacional, dando charlas y conferencias en liceos y universidades, haciendo lecturas públicas, dirigiendo la SECH-Concepción, participando en ferias del libros y encuentros de escritores, etc.
Es posible que en octubre de 2007, viaje a Burdeos, Francia, ya que he sido invitado por la Universidad de Burdeos a dictar una conferencia sobre Gabriela Mistral y algún aspecto de traducción y, además, debo adaptar unos poemas de la Mistral al francés para que sean cantados por una artista chilena que reside allá y cuya música le pertenece.

Usted siempre tiene presente al poeta González-Urízar. ¿Que representa él en su vida?
El poeta fue mi maestro en la poesía, su actitud como poeta y su honda vocación poética, me enseñaron a amar este oficio como a un bien muy preciado, “esa tarea resplandeciente, la más hermosa y desolada de todas”, como él definía a la poesía, yo, al igual que él, no la cambio por cosa alguna.
¿Qué opina de los poetas jóvenes?

Hay una gran cantidad de poetas jóvenes, valiosos, gente con conciencia de la lengua, herramienta fundamental del escritor; jóvenes que se la juegan, que han apostado por la poesía con todo lo que ello implica y significa. Son esmerados lectores, muy críticos, emotivos e inteligentes. Yo he tenido a varios en mi taller: Juan Herrera, Edson Faúndez, Jorge Cid, Franco Contreras, Vilma Andrea Carrasco, Lorena Mora Durán, en fin, muchos otros y he visto en Santiago encuentros interesantísimos donde fluye la poesía y la realidad nos dice que tenemos poetas para rato y qué magnífico que así sea.

¿Cómo quieres que se recuerde tu obra?
Como lo que es ella misma, una celebración de la vida contra la muerte, una moral del placer (que es el triunfo de la dicha y la utopía) contra el oscurantismo y el frío.

miércoles, 27 de abril de 2011

GONZALO ROJAS

Poeta chileno nacido en Lebú, Arauco, en 1917.
Estudió Derecho y Literatura en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Fue profesor de Estética Literaria
y Jefe del Departamento de Castellano en la Universidad de Concepción. Ejerció la docencia  en Utah, EE.UU., Alemania
y Venezuela. Organizó a partir de 1958 los famosos Congresos de Escritores en Concepción,  reuniendo lo más selecto
de la literatura latinoamericana. Fue diplomático en China y Cuba. Perteneció al grupo surrealista reunido en torno a la 
Revista Mandrágora
, 1938 - 1943.
Recibió numerosos premios internacionales, entre los que se cuentan: Premio Sociedad de Escritores de Chile por
«Poesía Inédita» 1946, Premio Reina Sofía de poesía de España, Premio Octavio Paz de México y José Hernández
de Argentina, además del Premio Nacional de Literatura de Chile en 1992 y del Premio Cervantes de Literatura 2003.
Luego de una corta enfermedad, falleció el 25 de abril de 2011.    



  

 

Las hermosas

Eléctricas, desnudas en el mármol ardiente  que pasa de la piel a los vestidos,
turgentes, desafiantes, rápida la marea,
pisan el mundo, pisan la estrella de la suerte con sus finos tacones
y germinan, germinan como plantas silvestres en la calle,
y echan su aroma duro verdemente.

Cálidas impalpables del verano que zumba carnicero. Ni rosas
ni arcángeles: muchachas del país, adivinas
del hombre, y algo más que el calor centelleante,
algo más, algo más que estas ramas flexibles
que saben lo que saben como sabe la tierra.

Tan livianas, tan hondas, tan certeras las suaves. Cacería
de ojos azules y otras llamaradas urgentes en el baile
de las calles veloces. Hembras, hembras
en el oleaje ronco donde echamos las redes de los cinco sentidos
para sacar apenas el beso de la espuma.


Las pudibundas

Mujeres de 50 a 60 hablando en un rincón de austeridad
frenéticas contra el falo, ¡a las horas!,
cuando ya se ha ardido mucho y se ha tostado
el encanto, hirondelas, y lo frustrado
se ha vuelto arruga. Trampa,
no todo será lujuria pero qué portento
es la lujuria con su olor a
lujuria, con su fulgor
a mujer y hombre nadando
en la inmensidad de esos dos metros
crujientes con
sábanas, o sin, en un solo beso
que es pura imantación mientras afuera la Tierra dicen que gira
y ellos allí libres. Gloriosos
y gozosos, embellecidos por los excesos. Que hablen
lo que quieran de gravedad menesterosa
esas pudibundas. Ay, cuerpo, quién
fuera eternamente cuerpo.



Latín y jazz

Leo en un mismo aire a mi Catulo y oigo a Louis Armstrong, lo reoigo
en la improvisación del cielo, vuelan los ángeles
en el latín augusto de Roma con las trompetas libérrimas, lentísimas,
en un acorde ya sin tiempo, en un zumbido
de arterias y de pétalos para irme en el torrente con las olas
que salen de esta silla, de esta mesa de tabla, de esta materia
que somos yo y mi cuerpo en el minuto de este azar
en que amarro la ventolera de estas sílabas.

Es el parto, lo abierto de lo sonoro, el resplandor
del movimiento, loco el círculo de los sentidos, lo súbito
de este aroma áspero a sangre de sacrificio: Roma
y África, la opulencia y el látigo, la fascinación
del ocio y el golpe amargo de los remos, el frenesí
y el infortunio de los imperios, vaticinio
o estertor: éste es el jazz,
el éxtasis
antes del derrumbe, Armstrong; éste es el éxtasis,
Catulo mío,
                   ¡Tánatos!


Los amantes

París, y esto es un día del 59 en el aire.
Por lo visto es el mismo día radiante desde entonces.
La primavera sabe lo que hace con sus besos. Todavía te busco
en ese taxi urgente, y el gentío. Está escrito que esta noche
dormiré con tu cuerpo largamente, y el tren interminable.

París, y éste es el fósforo de la maravilla violenta.
Todo es en el relámpago y ardemos sin parar desde el principio
en el hartazgo. Amémonos estos pobres minutos.
De trenes y más trenes y de aviones errantes nos cosieron los dioses,
y de barcos y barcos, esta red que nos une en lo terrestre.

París, y esto el oleaje de la eternidad de repente.
Allí nos despedimos para seguir volando. No te olvides
de escribirme. La pérdida de esta piel, de estas manos,
y esas ruedas terribles que te llevan tan lejos en la noche,
y este mundo que se abre debajo de nosotros para seguir naciendo.

París, y vamos juntos en el remolino gozoso
de esto que nace y nace con la revolución de cada día.
A tus pétalos altos encomiendo la estrella del que viene en los meses de tu sangre,
y te dejo dormir en la sábana. Pongo mi mano en la hermosura
de tu preñez, y toco claramente el origen.


Los cómplices




Te decía en la carta
que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad
timbrado en el bolsillo,
y otras cosas más o menos serias
como dándote a entender
que desde antiguamente soy tu cómplice
cuando bajas a los arsenales de la noche
y pones toda tu alma
y la respiración
perfectamente controlada,
por mantener en pie tus rebeliones
tus milicias secretas
a costa de ese tiempo perdido
en comerte las uñas, en mantener a raya
tus palpitaciones,
en golpearte el pecho por los malos sueños,
y no sé cuántas cosas más
que, francamente, te gastan la salud
cuando en el fondo
sabes que estoy contigo
aunque no te vea
ni tome desayuno en tu mesa
ni mi cabeza amanezca en tu pecho
como un niño con frío,
y eso no necesita escribirse.

 


Los días van tan rápidos en la corriente oscura que toda salvación...

Los días van tan rápidos en la corriente oscura que toda salvación
se me reduce apenas a respirar profundo para que el aire dure
                     en mis pulmones
una semana más, los días van tan rápidos
al invisible océano que ya no tengo sangre donde nadar seguro
y me voy convirtiendo en un pescado más, con mis espinas.
Vuelvo a mi origen, voy hacia mi origen, no me espera
nadie allá, voy corriendo a la materna hondura
donde termina el hueso, me voy a mi semilla,
porque está escrito que esto se cumpla en las estrellas
y en el pobre gusano que soy, con mis semanas
y los meses gozosos que espero todavía.
Uno está aquí y no sabe que ya no está, dan ganas de reírse
de haber entrado en este juego delirante,
pero el espejo cruel te lo descifra un día
y palideces y haces como que no lo crees,
como que no lo escuchas, mi hermano, y es tu propio sollozo allá
                 en el fondo.
Si eres mujer te pones la máscara más bella
para engañarte, si eres varón pones más duro
el esqueleto, pero por dentro es otra cosa,
y no hay nada, no hay nadie, sino tú mismo en esto:
así es que lo mejor es ver claro el peligro.
Estemos preparados. Quedémonos desnudos
con lo que somos, pero quememos, no pudramos
lo que somos. Ardamos. Respiremos
sin miedo. Despertemos a la gran realidad
de estar naciendo ahora, y en la última hora.

De “Contra la muerte”



Mariposas para Juan Rulfo


Cómo fornicarán felices las mariposas en
el césped oliendo
de aquí para allá a Dios sin
que vaca alguna muja encima de
su transparencia, jugando a jugar
un juego vertiginoso a unos pasos
blancos del cementerio con el mar
del verano zumbando allá abajo ocio y
maravilla.
Rulfo habrá soplado en ellas tanta
locura, Juan Rulfo cuyo Logos
fue el del Principio; les habrá dicho: -Ahora, hijas,
nos vamos de una vez
del páramo.

¿Y ellas? Ahora ¿qué harán
ellas sin Juan que cortó tan lejos
más allá de Comala en caballo único tan
invisible? ¿bailarán, seguirán
bailando para él por si vuelve, por
si no ha pasado nada y de repente
estamos todos otra vez?

Por mi parte nadie va a llorar, ni
mi cabeza que vuela ni la otra
que no duerme nunca. Se ha ido
y se acabó, nadie
corre peligro así acostado oyendo
los murmullos aleteantes.
                                        -Con tal
de que no sea una nueva noche.

miércoles, 20 de abril de 2011

ANDRÉS MORALES (Santiago, 1962): Poeta. Licenciado en Literatura y Doctor en Filosofía.





ANDRES MORALES


Poeta. Nació en Santiago de Chile en 1962. Es Licenciado en Literatura por la Universidad de Chile y Doctor en Filosofía y Letras con mención en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Barcelona (España).

Ha publicado dieciséis libros de poesía: Por ínsulas extrañas (1982); Soliloquio de fuego (1984); Lázaro siempre llora (1985); No el azar/Hors du hasard (1987); Ejercicio del decir(1989); Verbo (1991); Vicio de belleza (1992); Visión del oráculo (1993); Romper los ojos(1995); El arte de la guerra (1995); Escenas del derrumbe de Occidente (1998); Réquiem(2001); Antología Personal (2001); Izabrane Pjesme (Poesía Reunida, 2002); Memoria Muerta (2003) y Demonio de la nada (2005).

Poemas extraidos de la página revista LA PATA DE LIEBRE, Chile.
Director: Aristóteles España - www.lapatadeliebre.cl/

   


SOY EL NUEVO CIUDADANO DE LA MUERTE

Soy la patria del dolor y su cuchillo

(Del libro Lázaro siempre llora. Santiago de Chile, 1985)

                                                               (Adriático en Dubrovnik)

Este mar    este mar    Este Mar

Único   perfecto   conjugado
navegándose perpetuo en su descanso
ceremonia   rito de lenguaje

He aquí el rostro de las horas
el brazo que recorre y no respira

(Yo he visto como el sol en su cadencia
adivina el arrebato   la partida)

Argonautas que regresan con manzanas
lirios   islas en las manos
y el peso de mis ojos en su viaje

Aquí el mar completo en su desnudo
frágil   terrible   cuerpo entero

Aquí converge el sueño por su sangre
y rompe el sol su centro presentido

                                 (A Jaime Siles)

*

Todo es habla que persigue palpitándose en lo dicho
Todas estas grandes bocas que pronuncian   ciegas todas
estos largos circunloquios   estas anchas sinalefas
Y nos marcan   nos señalan   nos acusan   nos inundan

El paisaje no ha cambiado

Y son otras las palabras

(Del libro Ejercicio del decir. Santiago de Chile, 1989)


ORÁCULO

-No hay azar más claro que el iris de mi ojo,
pregunten a los hijos que van llorando tierra,
deténganse en el mar a respirar su vuelo
si el sol es transparente y gime y no aparece.

La adivina cierra sus ojos y crepitan
los dientes y su lengua, malhumorada, seca.

-La rueda vuelve siempre al centro de su cielo
y todo se detiene y habla y permanece.

-Desnuda en el desván irá tejiendo siempre,
tal vez nunca regrese su amante de la guerra
y bailarán los años y sin reconocer
los trozos de metal, la columnata, el mar.

-Después veo silencio y un grito despiadado.
La sangre descubrió su propio peso hueco.
Más allá un incendio y el caballo cónsul
y mártires que huelen a gloria antojadiza.
...Hay nubes en mis cejas y peces,
hay planetas...
Puedo ver la huella cómo se desfigura y cae.
La luna se avecina, el ángel se avecina.
Dos mil campanas hieren, se clavan en mi oído
y Jericó se rinde y el águila perece
mientras el toro huye detrás de los leones.


Penúltimas noticias, los heraldos corren:
Ha caído Roma, Tenochtitlán el Cuzco.


-Otra vez el llanto recorre mis anillos.

-La policía aguarda detrás de las murallas,
no hay escapatoria, me arrastran con azufre,
me fuerzan, me condenan, me besan en la cara.

-¡Alejen los espejos, aviven ese fuego!

-El hambre me conmueve y siento como vuelan
los cuervos en mi boca, enloquecidos míos.

-¡Por qué jamás anuncio lo que se escribe ayer!

...Hay nubes en mis manos,
recuerdo sólo el mar...

                                          (A Gonzalo Rojas)


LOS VIDENTES

Todos íbamos a ser Rimbaud.
Todos íbamos a ser Artaud.
Todos íbamos a ser Edgar Allan Poe.

Lo que pasa es que ni Verlaine,
ni un poeta menor, ni aquellas líneas
del pequeño escribano de la corte.

Nada, ni en el aire, ni un poema:

Todos íbamos directo al matadero.


POEMA DEL SECRETO


Déjame la voz, te doy el canto,
déjame lo oscuro de la noche,
que exista siempre aire entre nosotros,
siempre la alegría del quizá.

Déjame los ríos, el agua, el mar que rompe
ahora,
en medio de los dos
ese inmenso arrecife que recoge
aquel secreto nuestro desde ayer.

Déjame en tinieblas; el sol a ti, la luz.

Yo encierro tu destello en mi garganta.




Biografía fragmentada de Eugene O’Neill

A Nelly Donoso

I. Las Noches
Las botellas enfilan hacia el muro
donde tu hermano duerme:
En noches como ésta,
Eugene O’Neill corría
entre bares de New Orleáns.
En noches como ésta,
las botellas devuelven sus muertos
y un loro carraspea en el balcón.
La orquesta entera caía
por el abismo de los muebles,
mientras caían los discos,
mientras caía tu madre
en los sueños largos del opio.
James O’Neill no te creyó
cuando quisiste romper
el cordón de seda en las ventanas,
cuando viajaste en barcos carboneros,
cuando aprendiste el español
del “buenos días”:
-Convéncete tú mismo:
no hay más vida que en las noches
donde se ahorcan los curas,
los niños,
los poetas.3
Y tú quisiste abrir en las calderas
un hueco donde esconder al Conde de Montecristo,
donde morder el soliloquio del fuego
y adivinar familias felices
en la costa de Nueva Inglaterra



(Del libro Lázaro siempre llora. Santiago de Chile, 1985) 


XVII
SOY EL LÁZARO QUE AL FIN HALLÓ TU FRENTE
Soy la patria desde el sol que no me mira

Me levanto desde el norte hasta la sombra
que agita cementerios y planetas
me arrepiento de vivirme sin tenerte
desde el día que miré mi espejo roto

(Mi Dios ya no podrá soñar conmigo
mi voz descubre el mar y todo el mundo
Con mi nombre se construye cada estrella
La pampa se ilumina con mi paso)

No recuerdo un solo día sin nombrarte
mi herida mi muerta mi lejana
Ya no puedo regresar al viejo cuerpo

SOY EL NUEVO CIUDADANO DE LA MUERTE
Soy la patria del dolor y su cuchillo


DEL LIBRO INÉDITO

"DESOLACIÓN DE LAS CIUDADES"

 

III

Esta ciudad se alegra en su desgracia cierta,
esta ciudad se viste en medio del desierto,
esta ciudad se cubre los ojos y enmudece
cuando los pájaros emprenden su vuelo a la deriva.

Recrea carnavales, despierta a los difuntos,
describe dos mil saltos sobre las cordilleras.

Esta ciudad agónica de ritmos que no baila
y de frases aprendidas en una lengua muerta.

¿Tendrá un final feliz, habrá de recordar
el tacto de los árboles, el fresco olor a noche?

Parece que se ha muerto esta ciudad alegre.

Parece que no existe esta ciudad ajena.

Parece que recuerda sus años más secretos
y cierra ya sus muros en una mueca insomne.


http://www.artepoetica.net/Andres_Morales.pdf

http://paginadeandresmorales.blogspot.com/2011/02/danza-macabra-poema-de-andres-morales_20.html

viernes, 31 de diciembre de 2010

ORATIO FINUS DEL GRUPO TRILCE



En una ocasión dije que si algo justificaba la creación y la existencia del Grupo Trilce de Poesía era la presencia en él del poeta Enrique Valdés. Lo dije así, clara y abiertamente, en entrevista o discurso o declaración. No lo dije para callado, a la oreja de alguien que no escuchaba, lo dije públicamente. Más tarde, y ya a él personalmente, en broma, claro, le dije que me había equivocado en esa apreciación. Yo había saludado al poeta y lo que en verdad había nacido era un espléndido narrador, uno de los mejores de su generación, miserablemente ignorado, soezmente incomprendido. También lo dije antes, no es un invento de este minuto aciago. Basta recordar su formidable VENTANA AL SUR o las apasionantes secuencias de TRAPANANDA, CALAFATE, EL TRINO DEL DIABLO
o SOLO DE ORQUESTA. Y tantas otras páginas, comprometidas con la mejor, más audaz y minuciosa mirada de hombre de este tiempo y estas sangres.

Porque Enrique fue un hombre de este tiempo. No le sacó el traste a esa jeringa, como lo confirman sus últimas crónicas o reflexiones sobre el acontecer nacional: Comprensivamente iracundas, meridianamente diáfanas y certeras.

Puchah, Veco, lo escucho pensar, parece que  no fue el mejor día para  esto. No hay mejor día para esto, querido Enrique. Es cierto que no pude llegar, pero está contigo la mitad de Trilce. Y si estas palabras me representan, hay un poco más de la mitad. Insuficiente para un quórum, te advierto.
Enrique me reprochaba ser el último vitalicio del país. Antes por lo menos había dos, me espetaba, ahora sólo quedas tú. Es que él quería elecciones del Grupo Trilce. Quería ser presidente. Yo le decía que el Grupo Trilce ya no existía, que sería como ser Presidente de Yugoslavia o de la Caja Nacional de Ahorros o del Ferrobadminton. Pienso que nunca lo convencí.

Los tulipanes florecerán este año más hermosos que nunca.
Era un verso  nacido de repente y que se transformó en una suerte de santo y seña cuando vivía a orillas de Rahue y que yo utilizaba para decirle que todo estaba bien. Tal vez no todo está muy bien a esta hora pero lo repito con la misma emoción y con idéntica devoción.

Enrique hermano: sigues siendo el más talentoso y el más intenso de los trilceanos Y el más apurado también. Aunque esta vez, me temo, se te pasó la mano.

Un abrazo. A tu salud.

Omar Lara