domingo, 28 de noviembre de 2010

OMAR LARA poeta de Nueva Imperial, sur de Chile - 1941





Gran Himalaya

Es un hecho que no subiré jamás a las cumbres del Gran Himalaya;
está escrito que los hombres allí se vuelven dioses
y el poder terrible de la naturaleza disminuye a los seres:
sus pasiones,
a una blanda indolencia.
Pero yo no subiré al Gran Himalaya,
tropezaré con las piedras del camino
me embriagaré con deleznables licores,
seguiré maldiciéndome con ternura.




Sí, es un hecho que el poeta de Nueva Imperial no subirá jamás a esas cumbres,   al menos no voluntariamente,  porque es dulce  energía  que alza el vuelo en el vigor de la lluvia que nutre los árboles del sur, la fuerza de los ríos que dejan de serlo en el  mar con su arrastre de nombres  y objetos; el poeta contempla sereno los grandes fenómenos de la naturaleza para que su pasion no se vuelva indolente.  Harán holladuras prolijas sus pasos entre los verdes hilados,  enfrentará pudientes licores con su lenguaje más querido,  y su ternura irrefrenable explicará  los sucesos extraodinarios de su rumbo sin perturbar el orden del aire.

Ana Rosa Bustamante M.




sábado, 27 de noviembre de 2010

Fernando Reyes Franzani - Chileno 1946

...Quién, alguna vez, olvidó la sombra en casa?

ana rosa

"Epipastos o La contaminación en Santiago"



En Bellavista o en Cummin
una caipiriña,
una baguete, jamón serrano.

Y hablar de ciframientos:

(en el secreto smog de la noche,
el smog oscuro, el tango del smog,
el toma mi smog y danzaremos),

porque nada se repite igual:

la crecida de este año arrasó
con el frío que cerca a varios,

la del pasado,

y se llevó / a la que sin preguntar
nada,
soporta tu pelambrera,
se mantiene lejos: sin ni un librito
que leer,

bailando con una chilca de barro como
una ángela
de gorriones
desterrados
de la memoria.



http://fernandoreyesfranzani.blogspot.com

CLEMENTE RIEDEMANN - chileno (ValdiviA) 1953


"... que la vida  será  un túmulo bajo la lluvia,
esa flor
reunida en el mar”.

ana rosa




Rewind


Siendo apenas un chicuelo 
fui instruido en la vulgaridad de las reformas 
en el desprecio por la revolución. 

En el Kindergarten había tipos que se burlaban de mí 
porque no tenía cartuchera de cuero 
sino un canastillo de plástico rojo 
para transportar mi sanguche de muss con nata fresca. 
Uno de esos forajidos es ahora alcalde de la ciudad. 

O.K. muchachos vengan a bailar. 

Sufrí crisis asmáticas hasta la edad de seis. 
Diez años más tarde me pescó una tebecé. 
Trastornos psicosomáticos al llegar la primavera. 
En diciembre debuté en la cama de una chica. 
A los veinte me pusieron corriente en los cocos. 

O.K. muchachos vengan a bailar. 

Contemplemos reunidos los hermosos amaneceres 
que en televisión han preparado para nosotros. 
Si cada mañana me levanto es porque estoy cierto 
que la vida me adeuda los días más felices. 
Y si acaso no fuese de ese modo mi destino 
me levantaría lo mismo de todas maneras. 


http://www.dim.uchile.cl/~anmoreir/escritos/riede.html
http://www.letras.s5.com/archivoriedemann.htm

viernes, 19 de noviembre de 2010

Stella Díaz Varín 1929 - 2006 chilena

  
Ella es el fragor intocable del sol, y el sol enciende de tan lejos y hace el fuego y quema, así es el decir de su hermosa boca, Stella, la que no puede mirar las estrellas olvidando donde pone el pie.  Podría doblar su hermosa cara y olvidarlo todo en una paciente hamaca dejándose adorar, sin embargo, emprende la lucha, lanza el grito, puede incluso el zarpazo, no olvida que los sueños van olvidando a los hombres, y se dejan morir.  La luna acantila de sombras el alma de todos, pero los sueños no deben dejar marchitarse, porque toda realidad fue un sueño en su germen, atentos, alertas hasta en morir.  Me apasiona, me sorprende y me conmueve, dónde estará su voz alentando el vigor de los somnolientos, Stella ?
Amada por dos grandes de la literatura Nicanor Parra quien le dedicó La Víbora, y por Jodorowsky.

Humberto Díaz Casanueva 1906 - 1992 chileno.





Como un cielo pálido sin la menor intención de lanzarme a los truenos y resplandores que partirá la noche, sea esta de invierno o verano,  como un felino que con su silenciosa danza se acerca sin anunciarse para estrellarme en su encía y sus ojos, su inofensiva garra, de esa manera llegó a mí Humberto Díaz Casanueva. Todo el rigor de sus imágenes intensas y misteriosas mientras cada hoja avanzaba, y sin entender nada, un  extraño afán se apoderaba de mí, como un amor esquivo, quien me tiene en constante hurgar en la memoria para deducir y rumiar como llegar a él, a su verso, a su inextricable poesía, y que sin embargo nada es ajeno al ser humano, no hay divinidades sino un sondeo en la misma realidad, es descortezar permanentemente hasta una sabia que no sé si he de beber, pero que no podré retirar de mis labios.

Ana Rosa Bustamante M.


http://www.letras.s5.com/hdc170304.htm

martes, 16 de noviembre de 2010

El sollozo de Job

Adhiere la muralla a mi espalda
que la quema 
y la muchedumbre, 


sus escofinas,
sus martillos,
escafandras,

los escudos,
sus útiles de trabajo
van arrancándome los ojos 


y rebotan por las aceras,

mi nariz sangra lejos y mis labios deshilachados
mascullan dolorosamente,

apenas los oigo,

no logro encontrar mis dedos
no puedo persignarme,
mis pezones rotos
secretan agrio su calostro,   

todo ha sido arrancado de raíz
y mi esencia me busca,
 me pregunta
¿cuál es la zanja que nos corresponde?

y yo  digo es el sollozo de Job,

su esforzada sonrisa.

Hoy no necesito calor,
sino un témpano
un témpano 
para el dolor.

Tiento, 
busco mis órganos esparcidos
y palpo  pedazos,
                    tiento mutilados,
                                  tiento  hijos solos,

desesperada voy clavando  sombras
para mis ojos.

Necesito vomitar

No basta que la niebla ciegue la sien
en la sombra
podría pulsar aún
bajo el rocío,
no basta que nuestras yemas revienten
de tensión
desconociendo nuestra naturaleza
y se vuelque todo
como leche de unos pechos muertos,
machacar las córneas para ver si pensamos
más,
la revelación de una estrella
su signo de  luz
iluminó   peces profundos,

quizás halle la piedra escrita
bajo una escama negra,
vigile millones de años
la sabia estación construida,

el pilar antisísmico de la usura
sea vértebra  que  se doblegue
al frío
y la mueca indiferente
del estúpido
no nos haga repetir su farfullo
ni el vaniloquio de moda
arrase   lo que nos alienta.
Necesito vomitar esta hora
mi cuerpo ha temblado 
mis palabras han salido 
de los dioses  perdidos,
nuestros sueños han llorado
sus lágrimas de humo.
Quiero tener el dolor,  si éste dolor
no romperá   el escalón firme,
que al limpiar mis párpados la mirada
al frente
sea nítida
ver que no nos hemos muerto
ni nos han matado
 los feroces animales  que
deambulan
entre  tiernas manos y besos
y las noblezas
 que todavía no se extinguen.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Talismán

El talismán de mi cuello dejó caer su compromiso.
No tendré la estreñida mariposa
que me ha zumbado al oído,

la pólvora trituró sus alas
y al cielo se fue volando
la rudimentaria habitación 
                                       donde vivía encinta.  

Qué mezquindad no saber donde puedo encender
el pastel de cumpleaños, 
dónde, a la deriva, correr 
                                         hasta la limosna,

dulce la noche
                              de la inicial

               y ningún estrago logró
enterrar el cuerpo,

pues el trasiego de la ciudad impidió
la convulsión de mi vientre,

y yo no encuentro un recodo oculto
donde dejar la estrafalaria vestimenta
ensangrada,

sin sermones,
sin muletas,

camino hace años
                      en la ciudad espeluznante. 

lunes, 8 de noviembre de 2010

Realidad

"Pero en chozas habita el hombre, como se oculta en un pudoroso vestido, pues mientras más interior es él, más precauciones toma y conserva el espíritu, tal como la sacerdotisa la llama santa, ésa es su razón. e    E. Anguita


En los arbustos hay humedad

huelo el agua rezagada 
                            
ha llovido,

y sale el sol,

persiste aquel aroma

en mi habitación
la soledad arguye  motores y chirridos

el mendicante con su voz lastimera,
el hormigueo de las rutas repetidas
hastiadas de zapatos de prisa

sin estímulos,

aquel húmedo hedor del arbusto
                               
te trae a mi habitación,

esfuma los nichos de esta realidad,
y yo me oculto en tu sueño

creer 
que yo no estoy en el mundo. 

domingo, 7 de noviembre de 2010

Como un fantasma

No hay caso recordar
tanto,
sin embargo,


voy sintiendo que se escarcha
una  sanguijuela en mi cerebro,

ese ímpetu de correr tormentos
con astucia,

ese atávico resquemor de la desdicha,

si fuera un verdor dulce
que vaticina la ida al sur 
con los sueños

y augurios 
de que la vida volaba hacia
el paraíso,
antes de interrumpirla
en mi adolescencia 
                      con los gritos fuera
de mi casa,

gritos de mujer,
de brazos maniatados,

impetuosos rompiendo hacia los patios
ensangrentando  su ira candorosa.

Yo recuerdo el abismante ideal hacia
los futuros verdaderos de la verdad cierta
y pura 
                     de ser humano digno.

Todo se quedó en las vísceras, todo
lo absorbió el intestino,

todo se evacuó
para florecer, 
dormido
en la tierra
largos años,

y ahora,
todo 
me sorprende,
como un fantasma,
errante
               y desorientado. 

Alas del viento

Hay poco queso dicen mis hijas,
somos pobres,
somos pobres,

y ven “los ochenta” en la televisión,

el tubo fluorescente está malo,

oscura la cocina,

como mi casa en los setenta,

cuando nadie tuvo calor en la tiniebla
y los libros se escondían en las murallas.

No leí esto que escribo,
pues la sangre hiede y mancha,

los peces ondean en el océano
a pesar de los agujeros que les hicieron
las piedras,

nadie me contó, 
                                    ni lo leí,
cuando supe que las alas negras
del viento,

venían cayendo.