viernes, 19 de noviembre de 2010

Stella Díaz Varín 1929 - 2006 chilena

  
Ella es el fragor intocable del sol, y el sol enciende de tan lejos y hace el fuego y quema, así es el decir de su hermosa boca, Stella, la que no puede mirar las estrellas olvidando donde pone el pie.  Podría doblar su hermosa cara y olvidarlo todo en una paciente hamaca dejándose adorar, sin embargo, emprende la lucha, lanza el grito, puede incluso el zarpazo, no olvida que los sueños van olvidando a los hombres, y se dejan morir.  La luna acantila de sombras el alma de todos, pero los sueños no deben dejar marchitarse, porque toda realidad fue un sueño en su germen, atentos, alertas hasta en morir.  Me apasiona, me sorprende y me conmueve, dónde estará su voz alentando el vigor de los somnolientos, Stella ?
Amada por dos grandes de la literatura Nicanor Parra quien le dedicó La Víbora, y por Jodorowsky.

Humberto Díaz Casanueva 1906 - 1992 chileno.





Como un cielo pálido sin la menor intención de lanzarme a los truenos y resplandores que partirá la noche, sea esta de invierno o verano,  como un felino que con su silenciosa danza se acerca sin anunciarse para estrellarme en su encía y sus ojos, su inofensiva garra, de esa manera llegó a mí Humberto Díaz Casanueva. Todo el rigor de sus imágenes intensas y misteriosas mientras cada hoja avanzaba, y sin entender nada, un  extraño afán se apoderaba de mí, como un amor esquivo, quien me tiene en constante hurgar en la memoria para deducir y rumiar como llegar a él, a su verso, a su inextricable poesía, y que sin embargo nada es ajeno al ser humano, no hay divinidades sino un sondeo en la misma realidad, es descortezar permanentemente hasta una sabia que no sé si he de beber, pero que no podré retirar de mis labios.

Ana Rosa Bustamante M.


http://www.letras.s5.com/hdc170304.htm