desesperada.
La tienta el sol,
La tienta el sol,
resolana que usurpa las cuencas
llenas
llenas
de barros confusos
de la muchedumbre.
Estalla en latidos
la raíz que no bebe
en los surcos antiguos,
y se ensanchan con sus gusanos agónicos,
suben por el hombre
con su afán divino,
cree el mundo redimido,
nada se ha adelantado,
todo es un anochecido puñal oxidado,
desencantado el río
con su trino
y peces quietos tan quietos
que gimieran bajo el agua.
Alma
en la nocturnidad luminosa
sin nombre,
sin pecados,
los poetas duermen su vino
hasta mañana,
cuando nada haya que barrer.