martes, 28 de diciembre de 2010

Desorientación de Ana Rosa Bustamante M.

Las rutas
que mi marcha hizo
para no perder el rumbo,
los astros que contemplé
para no perder el rumbo
pero ahora yo  me escondo temerosa
de la luz,
de las quebradas
y descanso en un  escaño,

le digo:
bebamos el sorbo
aunque amargo,
aunque  punce ortiga,
aunque prepotente nos diga
que incapaces somos
de delirios,
permanecer
insomnes para defendernos.
Era la hora engañosa,
nuestra temporada en el infierno,
nos tendíamos las manos para abrazarnos
y allí albergaban las mariposas sangrantes
sobre un polvo tornasol en las líneas de la mano
que la experiencia  tiró entre los dedos.



Por doquier de Ana Rosa Bustamante M.


No en todas las cosas va encendida mi infancia
no todo está en su lugar,
pues también le arranqué las  alas a las abejas
y pensé
que iba a brotar la miel de su vientre
cuando
yo estaba en una algarabía
en  los desiertos
que arrastro
y aquí se humedecen
tempestuosos.

Entre arboledas y brumas
y frías mañanas
evoco el dulzor del sol
y  el lodazal
que escurre hacia el mar.

Mujer de acá, de allí
y de más allá,
palabras  que se expresan
por el ovillo generoso
de haber entregado su hebra hasta
la sombra que va perdiendo
la melopea,

y cada vez su sonrisa se esfuerza más
en permanecer.


28 DE DICIEMBRE - DÍA DEL ESCRITOR


Escribir es  tejer con el lenguaje la vida. Tejer lo que se te viene al alma, lo que se acerca con cautela a tus ojos, lo que te sorprende en la multitud donde todo se confunde, lo que golpea tu sien y te mantiene contemplando con la sangre de tu cuerpo y no entiendes. Poesía es el placer de enmarañar la pena y la dicha en un nudo vital, inevitablemente. Es encontrar en la eufonía del verbo cómo te destroza la piedra y cómo la brisa te agrieta la piel. Hacer canción con una materia de hilos emociones sin nombre que te surgen de un lugar incógnito o en untembloroso párpado.
Cuando era una niña en Antofagasta olía las algas en la arena blanca de la playa y una transparencia única del agua, y hoy punzan partículas blancas pegadas a la piel de mis piernas, recuerdo el sonido del mar porque mi casa estaba cerca y ahora cuando escucho la lluvia, huelo sombras transparentes con un rumor a pez de brumas.Curiosamente, hilo con el mar el cielo, hilo casas de alerces imbricadas de desiertos, espejismos en la ruta, bajo grisuras calientes, ruinas de Huanchacas que esconden torreones Canelos, las carpas de los Changos con territorios de araucarias y lengas.
Escribir  lo que yace en ti en esta tierra, y tengas conciencia de qué quieres cambiar.

Ana Rosa Bustamante M.
Valdivia, sur de Chile