viernes, 31 de diciembre de 2010

ORATIO FINUS DEL GRUPO TRILCE



En una ocasión dije que si algo justificaba la creación y la existencia del Grupo Trilce de Poesía era la presencia en él del poeta Enrique Valdés. Lo dije así, clara y abiertamente, en entrevista o discurso o declaración. No lo dije para callado, a la oreja de alguien que no escuchaba, lo dije públicamente. Más tarde, y ya a él personalmente, en broma, claro, le dije que me había equivocado en esa apreciación. Yo había saludado al poeta y lo que en verdad había nacido era un espléndido narrador, uno de los mejores de su generación, miserablemente ignorado, soezmente incomprendido. También lo dije antes, no es un invento de este minuto aciago. Basta recordar su formidable VENTANA AL SUR o las apasionantes secuencias de TRAPANANDA, CALAFATE, EL TRINO DEL DIABLO
o SOLO DE ORQUESTA. Y tantas otras páginas, comprometidas con la mejor, más audaz y minuciosa mirada de hombre de este tiempo y estas sangres.

Porque Enrique fue un hombre de este tiempo. No le sacó el traste a esa jeringa, como lo confirman sus últimas crónicas o reflexiones sobre el acontecer nacional: Comprensivamente iracundas, meridianamente diáfanas y certeras.

Puchah, Veco, lo escucho pensar, parece que  no fue el mejor día para  esto. No hay mejor día para esto, querido Enrique. Es cierto que no pude llegar, pero está contigo la mitad de Trilce. Y si estas palabras me representan, hay un poco más de la mitad. Insuficiente para un quórum, te advierto.
Enrique me reprochaba ser el último vitalicio del país. Antes por lo menos había dos, me espetaba, ahora sólo quedas tú. Es que él quería elecciones del Grupo Trilce. Quería ser presidente. Yo le decía que el Grupo Trilce ya no existía, que sería como ser Presidente de Yugoslavia o de la Caja Nacional de Ahorros o del Ferrobadminton. Pienso que nunca lo convencí.

Los tulipanes florecerán este año más hermosos que nunca.
Era un verso  nacido de repente y que se transformó en una suerte de santo y seña cuando vivía a orillas de Rahue y que yo utilizaba para decirle que todo estaba bien. Tal vez no todo está muy bien a esta hora pero lo repito con la misma emoción y con idéntica devoción.

Enrique hermano: sigues siendo el más talentoso y el más intenso de los trilceanos Y el más apurado también. Aunque esta vez, me temo, se te pasó la mano.

Un abrazo. A tu salud.

Omar Lara




No hay comentarios:

Publicar un comentario