Adhiere la muralla a mi espalda
que la quema
y la muchedumbre,
sus escofinas,
que la quema
y la muchedumbre,
sus escofinas,
sus martillos,
escafandras,
escafandras,
los escudos,
sus útiles de trabajo
sus útiles de trabajo
van arrancándome los ojos
y rebotan por las aceras,
y rebotan por las aceras,
mi nariz sangra lejos y mis labios deshilachados
mascullan dolorosamente,
apenas los oigo,
no logro encontrar mis dedos
no puedo persignarme,
mis pezones rotos
secretan agrio su calostro,
todo ha sido arrancado de raíz
y mi esencia me busca,
me pregunta
me pregunta
¿cuál es la zanja que nos corresponde?
y yo digo es el sollozo de Job,
su esforzada sonrisa.
Hoy no necesito calor,
sino un témpano
un témpano
para el dolor.
para el dolor.
Tiento,
busco mis órganos esparcidos
y palpo pedazos,
tiento mutilados,
tiento hijos solos,
desesperada voy clavando sombras
para mis ojos.
¡Excelente! Ana Rosa. Desolación y abatimiento absoluto, "Miserere", genial correspondencia con la historia de Job. Me abrió al sufrimiento de tantos pueblos: Haití, Sahara Occidental... El grito desesperado de tantas madres. Y el silencio del mundo.
ResponderEliminar